Catalina Hernández Osorio | Medellín | Publicado el 26 de marzo de 2013
La serie “Tres Caínes”, que relata la vida de los hermanos Castaño, puso en la agenda de los medios el impacto que tienen las narconovelas en los televidentes y el manejo de dolorosos hechos históricos a través de la televisión.
Un nuevo elemento se une a la campaña #Noen3caines que adelantan algunos ciudadanos,con el fin de que los anunciantes retiren su pauta del programa que emite el canal RCN. Se trata de un video de seis minutos en el que un grupo de profesionales entrevistan a niños de Medellín sobre sus ídolos de la televisión. En él se evidencia la inclinación marcada por personajes como Pablo Escobar o El Capo y sus deseos de tener armas y dinero.
Felipe Tabares, gerente de la firma de investigación de Mercados Etnológica, explica que la realización de este video hace parte de una investigación más completa sobre el tema. “Como empresa realizamos estudios de mercado en muchos barrios de la ciudad y, analizando los hábitos de consumo, nos dimos cuenta que estas producciones estaban generando muchas cosas en los niños. Fue por eso que decimos investigar el tema, analizarlo de forma detallada por nuestra cuenta. Esto no fue pagado por nadie”.
Estas imágenes, que han generado controversia en las redes sociales, serían el reflejo de lo que los investigadores describen como un problema que trasciende a lo social. “El argumento de los productores es que más adelante el malo muere o paga sus culpas. Un niño no tiene esta capacidad de abstracción. Está construyendo su noción del bien y del mal y no va a entender que lo mataron al capitulo 80 porque hizo mal, porque ya aprendió de su forma de vida”, explica Tabares.
“Quiero ser como Pablo Escobar porque tenía mucha plata, ‘metras’ y fincas donde esconderse”, son algunas de las expresiones que recoge este video que trata de mostrar una realidad que se vive en los barrios de Medellín.
“Para la gente es muy fácil decir ¿dónde están los padres? El problema es que estas no son familias nucleares. Son niños, en su mayoría sin papá y su mamá tiene que salir a trabajar para darles lo mejor. Entonces los niños están solos viendo estos programas y tampoco le podemos pedir a la mamá que no trabaje”, explica Felipe, quien hace parte de un grupo de 14 personas que han ayudado a enriquecer el análisis realizado en algunos barrios y que esperan publicar pronto.
Por ahora, la discusión sigue sobre la mesa entre productores, guionistas, activistas y padres de familia sobre el tratamiento de estos acontecimientos históricos de nuestro país que retratan villanos, ante la mirada inocente de muchos niños que consumen toda esa información.
(El video distorsiona las imágenes con el fin de proteger la identidad de los niños y garantizar sus derechos)